domingo, 18 de enero de 2009

Absurdo --- Deberas

Diciembre 17, 2008

Absurdo
Citlalminatzin
17 años

Que absurdo andar el de mis pies cansados.
Tan absurdo que ciento me duelen hasta los zapatos,
que de dolor un hoyo tienen en la suela,
un hoyo que me hace sentir la temperatura de la acera...

Que absurdo latir el de mi corazón enamorado
y siento que me duele hasta la última vena,
ese dolor que dentro de cada una quema todas mis esperanzas.
Este es de ese fuego endemoniado que condena...

Te miro y te alejas, y te alejas y me llevas
contigo hasta el incoloro sufrimiento,
tan incoloro que dentro me pregunto para qué tengo ojos,
¿Será qué el sufrimiento a color tenga un poco de belleza?

Que absurdo el hablar de mis labios destrozados.
Tan absurdo que de hablar me da pena,
que de pena mejor me quedo callado,
que de silencio se alimenta mi tristeza...

Que absurdos se han vuelto mis poemas.
Y me duele escribirte para que no lo sepas,
estás letras que te buscan para decirte tantas cosas.
Estás son de esas cosas que envenenan...

Entonces regresas, y me traes de la mano
como a un pequeño abandonado,
y de nuevo me abandonas y recuerdo este hastío.
¿Será que entre tanto frío pueda quedarme dormido?

Que absurdo andar el de mis pies cansados...
Que absurdo el latir de mi corazón enamorado...
Que absurdo el hablar de mis labios destrozados...
Que absurdo es escribir sin esperar respuesta...
Que absurdo pensar que habrá mañana en tus brazos...

En ocasiones puedo equivocarme,
y nunca como en esta
había deseado tanto que sucediera...

Deberás
Citlalminatzin
17 años

Siempre dices lo mismo y ya estoy harto
prefiero dejarte ir a seguir llorando.

Pero si cumples mi petición,
en volverte no pienses,
que ya no habré de extrañarte,
ni pedirte que regreses.
Deberás caminar hasta el mar sin detenerte,
que yo sé en el mar podrás enjuagar tus penas.

Con la sal diluida de las aguas
dejarán de sangrar tus venas.

Seguramente cuando tus dolores hayas olvidado
y tengas la necesidad de estar conmigo,
como antes la tuviste,
decidirás entonces a medio camino que quizás volver es bueno,
pero tendrás que dejar tu anhelo,
porque a nadie encontrarás a tu regreso.

Deberás dejar tu anhelo,
porque cuando escuche tu caminar pausado,
que me dice vienes de regreso, será tarde.

Para entonces yo también habré marchado,
pero no al mar.

Yo caminaré con rumbo al siguiente círculo del infierno.

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